A veces se nos presentan momentos en los que no son necesarias las palabras para expresar lo que sentimos realmente. Me gustan esos momentos porque esas veces me completan con un abrazo, con un beso, o con una sonrisa; pero más me gustan porque me gusta ver cómo algunos son capaces de entender mis emociones. Es tan agradable ver cómo alguien es capaz atravesar esa barrera que separa lo que expresamos con nuestra intimidad... Al fin y al cabo, supongo que no todas las barreras son infranqueables, al menos, no para todos. Pero, te diré un secreto, lo que más me gusta es la combinación del abrazo con la sonrisa y el beso; a mi parecer, no hay mejor cóctel.
A pulso y boli bic
lunes, 23 de enero de 2012
miércoles, 4 de enero de 2012
Dejémonos de ser intelectuales.
Odio el lado objetivo de las cosas cuando se trata de cosas totalmente variables. No todo tiene una explicación lógica, matemática o científica por mucho que nos lo quieran hacer creer. Hay asuntos en los que simplemente no encaja una de esas teorías de intelectuales, ¿qué pasa, acaso no es válido aquello que nosotros podamos pensar? ¿Nos van a decir como gira el mundo cuando nosotros podemos ver cómo lo hace en torno a nosotros? Qué ignorante es aquel que pretende llenar su vida con tesis y argumentos, si al fin y al cabo carece de sentimientos. No siempre predomina la razón, la cabeza no lo es todo. Creo que todos aceptamos las leyes que explican la vida, pero sin embargo no es eso lo que nos llena. Así que, venga, fuera con los tópicos que nos hacen la vida más insulsa. Amor es el sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser todo eso que sientes un día por alguien que aparece y tu vida y la llena, la alegra, la vive contigo, sin importarte cualquier mal o cualquier cosa, sin vivir de la preocupación sino para el momento, aprovechando cada instante porque es único, y disfrutando de cada beso como si fuera el último.
martes, 3 de enero de 2012
Me voy sin mapa no sé exactamente a qué lugar
A lo largo de mi vida me gustaría hacer muchas cosas. Una de ellas, perderme. Sí, como suena, sin darle más vueltas. Me gustaría perderme en el corazón de un bosque y sentarme en una piedra con la única banda sonora de los pájaros saltando de rama en rama; o en una playa desierta, y dormirme en la arena mientras el agua de la orilla me hace cosquillas en los pies. Sería tan perfecto tener por una vez un instante para mí misma, sin preocuparme de lo que pueda ocurrir a mi alrededor. Europa o América; el norte o el sur; sol, lluvia o nieve. Creo que poco importaría el destino, pero quiero perderme. Es un capricho, uno de tantos. Y ya se sabe que aquí, donde me ves, soy ambiciosa, consigo lo que quiero. Y repito, quiero perderme.
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