A pulso y boli bic




lunes, 3 de noviembre de 2014

3

Nuestra vida es como un calendario, como una pequeña agenda, repleta de fechas. Fechas de exámenes, fechas límite, fecha de viajes o de festejos, de visitas, de comienzo de vacaciones y de fin de éstas... Las hay mejores, y las hay peores. Hay gente capaz de recordarlas todas y hay gente que es un desastre para ellas.
Sin embargo, a mi parecer, hay fechas que no se olvidan. Fechas que evocan recuerdos y sonrisas, fechas grabadas en pulseras. También hay días especiales. Días pasados, pero que en el calendario son el mismo día. 
Hoy es una de esas casillas que se marcan en la agenda y cumplen los últimos requisitos citados. Antaño también llovía y hacía frío, no obstante, tal clima no suponía contratiempo alguno si lo comparamos con el del día de hoy. Cuánto me ha crecido el pelo desde entonces, a pesar de que sigo con la misma estatura. Cuánto hemos cambiado, y al mismo tiempo qué poco lo hemos hecho. Cuánto hemos pasado, tanto bueno como malo, y cuántas páginas en blanco podríamos cubrir escribiendo cada momento, cada detalle, cada pequeña cosita que nos ha hecho sonreír, llorar, desternillarnos de la risa o ponernos sentimentales a lo largo de todo este tiempo.
Cuántos nervios tenía, cómo me dolían las uñas de morderlas, cómo me costaba sostener una mirada sin que me ardiesen las orejas. Aún hoy me pongo nerviosa, me muerdo las uñas e irremediablemente a veces me sonrojo por tu culpa sin quererlo.
Cómo pasa el tiempo. Y qué feliz me siento de que pase a tu lado. Me gusta estar junto a ti, aunque de vez en cuando tengamos que salvar algún que otro contratiempo, aunque no todo sea fiesta y a veces las cosas no salgan del todo bien. Pero me gusta, me encanta, y no lo cambiaría por nada del mundo. Es genial vivir con un abanico de posibilidades jugando a nuestro favor, descubriendo cosas nuevas cada día sin entrar en una rutina que vuelva nuestras vidas monótonas. Es genial que tras tres años cotorreando día y noche todavía no se nos haya terminado la conversación, poder disponer del mundo entero para nosotros. Es genial acurrucarme a tu lado y quedarme dormida con la sonrisa más grande reflejada en la cara.
No estás leyendo nada que no sepas, nada que no hayamos hablado nunca, nada sorprendente. Pero una vez más, como tú me has dicho en más de una ocasión, tengo predilección por ponerme a escribir cuando hay algo por qué hacerlo. Tengo un cúmulo de emociones enredadas formando un nudo en la garganta que me incitan a sonreír y llorar, que me ponen morriñenta y al mismo tiempo me hacen sentir realmente afortunada, y que me dan ganas de querer más. Siempre quiero más, será que contigo soy muy ambiciosa.
Y hoy, después de tres años escribiéndote ocasionalmente por diferentes motivos pero a la vez con una misma intención, creo que decirte que te quiero un mundo se me queda corto. Lo que yo digo, nada que no sepas.






miércoles, 2 de julio de 2014

Historias para no dormir

Lo primero que recuerdo si rebusco en mis lagunas es el brillo tenue y anaranjado de las farolas, las vías del tren y una noche negra sin estrellas. Hacía calor, el aire estaba cargado y una humedad pegajosa se me metía en los huesos. Sin embargo, vestía mi chaqueta vaquera desgastada. A mi alrededor escuchaba las voces de la multitud, de amigos, compañeros y conocidos que murmuraban girando sobre sí mismos al igual que yo, pregúntandose qué era aquella sensación de angustia que les oprimía el pecho. Me sentía como si cientos de pares de ojos me observasen desde las esquinas de los callejones, desde los balcones, desde detrás de los árboles, y un sudor frío me resbalaba por la nunca, incrementando mi inquietud. 
El desencadenante de mi pesadilla fue un chaparrón. Sí, un aguacero que de pronto cayó en el centro de varios de mis amigos y de mí, en el área delimitada por el círculo que estábamos formando, sin salpicarnos gota alguna. Abrumados y boquiabiertos nos miramos entre nosotros con la incertidumbre reflejada en nuestros rostros. Dimos un paso atrás y el agua comenzó a caer con más fuerza. Una chica, a la que no logro ponerle cara, curiosa y sin vacilar, caminó hacia el lugar donde llovía en un intento de atravesarlo. Y entonces, pasó. El primero de muchos. En el centro de aquella circunferencia bordeada por zapatillas de deporte y sandalias, la muchacha empezó a retorcerse sin explicación alguna, chillando a la vez que se llevaba las manos al cuello, como empujadas por una fuerza invisible hasta que la asfixia ahogó sus gritos. Y se desplomó en suelo, inerte. En ese momento se inició el caos. Todos los ojos que creía sentir clavados en mi espalda se volvieron reales, o algo parecido. Siluetas ataviadas con trajes negros, algunas con máscaras y otras, a las que soy incapaz de ponerles cara, aparecieron entre nosotros. O mejor dicho, aparecían y desaparecían a su antojo desvaneciéndose en el aire. Se colocaban ante uno y, en un abrir y cerrar de ojos estaban tras de ti. Y, si a tus espaldas te encontrabas con aquellos entes, no podías escapar. La gente comenzaba a caer, muerta, ante mis ojos, y al mismo tiempo se me nublaba la vista. Veía a mis amigos correr en direcciones sin sentido y cómo les daban alcance y les llegaba su fin. Veía a parejas asustadas que se quedaban quietas en los rincones hasta que, en milésimas de segundo, ahogaban un grito para sellar sus voces en un silencio perpetuo. Mientras tanto, yo era incapaz de moverme. Temblaba, y al mismo tiempo sentía como una corriente eléctrica recorría todo mi cuerpo. ¿Sabes cómo son las luces de neón cuando van a fundirse? Yo era como esas luces, parpadeante, como si me fuese a apagar de un momento a otro. Luz, oscuridad, luz, oscuridad. Absorta ante aquella imagen, escuché mi nombre tras de mí, y se puede decir que reaccioné. En medio de un mar de cadáveres una chica rubia, bajita, me llamaba. Avancé hacia ella despacio, pensando que si tal vez caminaba sin llamar la atención, conseguiría llegar hasta a ella sin dejarme, literalmente, la vida en ello. Y, curiosamente, así fue. Cogí su mano y ambas la apretamos. Miramos a nuestro alrededor. Todo desierto. Ni una voz, nadie en pie. Corrimos. Corrimos todo lo rápido que fuimos capaces, conscientes de que cada paso podría ser el último. Llegamos hasta mi portal y rebusqué en el bolsillo las llaves, tomamos el ascensor, y una vez en mi casa bajamos las persianas y nos acurrucamos en un rincón de la entrada, abrazadas, asustadas. 
Sin embargo, si de algo estaba segura es que allí era muy improbable que alguien nos hiciera daño. Me había dado cuenta de que estábamos en un tablero, un tablero inmenso donde todos éramos las fichas. Y, todos sabemos que en muchos tableros, toda ficha tiene su "casa", su lugar donde es inmune a ser comida o pillada. Pero ser inmune no significa estar a salvo, ya que ambas estábamos a merced de nuestros miedos, el temor nos invadía, la soledad nos atacaba. Podíamos quedarnos ahí, para siempre, ocultas del peligro. Moriríamos de hambre, de frío o de pena, pero de cualquier manera todas esas opciones eran mejores que morir asesinadas a manos de algo que ni siquiera sabíamos qué era. Supongo que el destino no quería ser tan benévolo con nosotras.
Escuchamos voces en la calle, alguien gritaba nuestros nombres. Si alguien quedaba con vida allí abajo, en aquel cementerio de inocentes masacrados, ninguna de las dos íbamos a dejarlo perecer entre el olor a putrefacción y el desanhelo. Recuerdo escuchar a mi amiga decir algo, no obstante, no sabría decir el qué. Nos fundimos en un abrazo y abrí la puerta.
Y en ese mismo instante preferí no haberlo hecho nunca. Ahí estaba, ante nosotras, en el rellano, una figura alta, esbelta, con su traje negro y una máscara diabólica que invitaba a perder el habla. Escuchábamos su respiración pausada, amenazante. No podría decir si pasó un segundo o un año, pero, al vernos con la imposibilidad de coger el ascensor, echamos a correr por las escaleras. Y en ese momento pasaron demasiadas cosas. Me apagué. El neón terminó de fundirse, y me invadieron las más oscuras tinieblas. Al mismo tiempo que mi luz se evaporaba, mi acompañante soltó un grito ahogado y cayó en mis brazos. El mundo se vino abajo a mi alrededor, todo era negro. No sabía qué diantres había pasado, por no saber, ni siquiera sabía si yo seguía viva o muerta. Me sentía transparente e invisible y tenía un cadáver en mis brazos. De cualquier forma, ya no tenía sentido asustarme, ni chillar. Ya nada tenía sentido.Y en ese momento, desperté.


viernes, 13 de junio de 2014

¡!

Si vienes a buscar algo aquí es porque me conoces. Felicidades otra vez, monstruito.


jueves, 15 de mayo de 2014

Feliz cumpleaños

A ti, que sé que merodeas por aquí desde el inicio de los inicios. Supongo que sería más rápido felicitarte por WhatsApp, pero sabes que me gusta hacer las cosas con cierto significado. Como tú mismo me dijiste hace una semana, me voy dando cuenta de que nuestra felicitación de cumpleaños se hace más corta y no por ello menos viva. Creo que después de todo este tiempo, de todos estos años y de todos los momentos, no es necesario que ninguno de los dos digamos nada porque lo sabemos absolutamente todo. Gracias por estar a mi lado y dejarme estar al tuyo, por cuidarme y por dejarme cuidar de ti, por hacerme reír, por contar conmigo y por no fallarme nunca. Gracias por conocerme como a una hermana y no dejar de darme tus consejos aunque sean maquillados de estupideces que me hacen reír. Espero seguir felicitándote cada año durante muchos años y tengo muy claro que la distancia no va a resultar impedimento alguno, porque no te vas a librar de mí. Prepárate para el verano de nuestras vidas, porque te recuerdo que ya hace algún tiempo quedamos en irnos de cámping a la playa para ir a un barco-discoteca y emborracharnos hasta que salga el sol. Te quiero un mundo. 

 
PD: Sé que es una foto repetida pero te jodes. Deja de darle tanto al disparador y ponte de vez en cuando ante el objetivo.

sábado, 26 de abril de 2014

The sound of silence

Hola, oscuridad, mi vieja amiga,
he venido a hablar contigo otra vez 
porque, una visión, deslizándose suavemente, 
dejó sus gérmenes mientras estaba durmiendo;
y la visión sembrada en mi cerebro aún continúa 
dentro del sonido del silencio. 
En sueños interminables paseaba solo 
por estrechas calles adoquinadas,
bajo el halo de una farola 
me levanté el cuello por el frío y la niebla, 
y mis ojos fueron heridos 
por el destello de una luz de neón 
que hendió la oscuridad 
y alcanzó el sonido del silencio. 
En la desnuda luz vi 
diez mil personas, o puede que más; 
la gente charlaba sin hablar, 
la gente oía sin escuchar, 
la gente escribía canciones 
que ninguna voz compartiría. 
Nadie se atrevía
a romper el sonido del silencio. 
«¡Bobos! –les dije–, no sabéis 
que el silencio crecerá como un cáncer. 
Escuchad las palabras que podría enseñaros,
tomad los brazos que podría extender hacia vosotros». 
Pero mis palabras cayeron 
como silenciosas gotas de lluvia 
que resonaron en el pozo del silencio. 
Y la gente se arrodilló y rezó, 
convirtiendo al neón en su dios. 
Y el letrero emitió su mensaje 
con las palabras de que estaba formado. 
Y el letrero decía: 
«Las palabras de los profetas 
están escritas en las paredes de los metros 
y de las chabolas». 
Y susurradas en el sonido del silencio. 

 

miércoles, 16 de abril de 2014

Fix you

When you try your best, but you don't succeed. When you get what you want, but not what you need. When you feel so tired, but you can't sleep, stuck in reverse. When the tears come streaming down your face. When you lose something you can't replace. When you love someone, but it goes to waste. Could it be worse? 
Lights will guide you home and ignite your bones. And I will try to fix you
High up above or down below. When you too in love to let it go. If you never try you'll never know just what you're worth.
Lights will guide you home and ignite your bones. And I will try to fix you
 
 

martes, 15 de abril de 2014

My empire of dirt

La habitación era un cubo, un cubo negro de aristas perfectas. Las paredes, cristaleras translúcidas que daban a un mundo gris, y, sin embargo, cualquiera preferiría ese mundo gris a estar envuelto en tinieblas. ¿Cuál es la peor sensación para el ser humano? ¿El dolor, el arrepentimiento, los remordimientos, el sufrimiento, la soledad? Quién sabe, tal vez en ocasiones todas esas emociones se junten formando un auténtico instrumento de tortura. En la habitación hacía frío y el silencio se volvía el grito más ensordecedor. En la habitación sonaban todas las canciones tristes al unísono. En la habitación gritabas y nadie te escuchaba; temblabas, y nadie te arropaba; llorabas, y nadie secaba tus lágrimas. ¿Qué haces cuando te sientes solo en medio de la multitud? En la habitación te envolvían tus errores, te inundaban los recuerdos más amargos, te abandonaba la ilusión. ¿Quién te cuida cuando necesitas que alguien lo haga? En la habitación revoloteaban las pesadillas más horribles, se escuchaban los réquiems más tristes, salían todos los demonios de tus interiores más oscuros. ¿Cómo deshacer los nudos en la garganta que se forman antes del llanto? En la habitación siempre era de noche, siempre parecía invierno, la lluvía parecía calarte el pecho. En la habitación, no había nada. Y, a veces, la nada es lo que más duele.


jueves, 10 de abril de 2014

Let your memories grow stronger and stronger.

Ser feliz,
ser feliz porque sí, porque respiro,
y porque tú respiras.

 

lunes, 24 de marzo de 2014

Dulces sueños

A veces los detalles más insignificantes esconden grandes misterios. Llevaba toda mi vida pasando delante de aquella casa y jamás me había parado a observarla detenidamente hasta que irrumpió una noche en mis pesadillas. Qué rápido volamos con los sueños, que fácil o díficil puede volverse todo cuando nos dejamos arrastrar por Morfeo; en un abrir y cerrar de ojos todo puede ser tan mágico, o tan terrible...
De repente me vi en aquel lugar, atrapada sin saberlo en mi subconsciente. Qué frío resultaba todo, qué extraño ver el mundo a escala de grises, qué inquietante resultaba encontrarme en medio de una niebla densa y blanquecina. Explicar un sueño es algo bastante complicado, pero todavía lo es más hacerlo con una pesadilla, porque pedacito a pedacito tienes que urgar en las sensaciones que te ha producido para reconstruirla como si se tratase de recomponer un puzle.
Cuánta suciedad había, muebles sucios que denotaban desuso y abandono. La madera crujía a medida que avanzaba vacilante por un largo corredor. Escuché un ruido. Sentí que no estaba sola y me aceleré intranquila. "Despierta", intenté decirme, en vano. Retrocedí, y me di cuenta de que mi mente, traicionera, intentaba jugarme una mala pasada. 
Podría pensar que estoy loca si no fuese porque tengo total convencimiento de que en el terreno de la psique todo vale y puedo asegurar, con toda certeza, que en medio de aquel mundo surrealista y apagado, en medio de mi pesadilla, se coló un pedacito de vida. El ruido poco a poco se fue intensificando y yo notaba como también lo hacía mi inquietud. Y, sin más, escuché un ladrido. El ladrido de un cachorro que me llamaba desde detrás de una butaca polvorienta. Tal vez resulte muy absurdo el hecho de que un perro aparezca en una pesadilla como esta. Sinceramente, no sé qué significado ha podido tener este espejismo de mi imaginación ni si éste es trascendental para mi vida, en cualquier caso, me alegra saber que incluso en el cajón de mis pensamientos más inquietantes hay algo capaz de romper con la agonía. 
Lo acaricié, esbozando una media sonrisa que creía que me tranquilizaría. Y sin embargo estaba equivocada. El aire se volvió más frío, más denso. Todo se volvió más oscuro, como si alguien me hubiese colocado un velo translúcido delante de los ojos. "Despierta". Y fue ahí cuando la sentí. Cuando llegó el miedo. Justo detrás de mí, con un aliento gélido, pálida como la luna llena, con las cuencas de los ojos vacías. Delgada, mejor dicho, esquelética, con algo similar a una túnica y un pelo rubio decolorado hasta perder casi con totalidad su tono. Me bastó una mirada. "Despierta". Mi yo físico debía de estar retorciéndose entre las sábanas. ¿Se puede cruzar una mirada con alguien que en apariencia es incapaz de ver? "CORRE". Lo escuché claro en mi cabeza, y aquella palabra penetró con estridencia lastimándome en los oídos. Pero hice caso. Corrí lo más rápido que pude consciente de que no debía detenerme. Bajé las escaleras intentando no tropezar y crucé de nuevo el interminable pasillo hasta que salí afuera. Al jardín. Un jardín vallado de césped muerto y carente de vida alguna. Un jardín cuya única salida era un salto a las vías del tren. 
Incapaz de continuar, frené. Tuve que frenar. Giré sobre mí misma, exhausta. Allí estaba aquella persona, o cosa o lo que fuese aquel monstruo, a escasos metros de mí. Tenía dos opciones y me faltaba tiempo. Aquel fantasma creado por mi subconsciente se estaba acercando, con paso lento y aterrador hacia mí. No pensé, o tal vez lo hice. En un ataque de locura, me precipité al vacío. Mientras caía, en un tiempo que podría definirse en milésimas de segundo o en horas interminables, lo escuché claro. Alcé la vista para quedar cegada por la luz mientras el pitido del tren me reventaba los tímpanos. Entonces, me desperté.


¡!

Just close your eyes
The sun is going down
You'll be alright
No one can hurt you now
Come morning light
You and I'll be safe and sound



sábado, 22 de marzo de 2014

W. Shakespeare

Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que la compañía no siempre significa seguridad. Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas. Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto; y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío. Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado... Aprenderás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitaras perdonarlas. Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma, descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla, y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de tu vida. Aprenderás que la nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa qué es lo que tienes en la vida , sino a quién tienes en la vida y que los buenos amigos son la familia que uno elige. Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian. Te darás cuenta de que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, solo por el placer de disfrutar su compañía. Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos. Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar. Descubrirás que se necesita mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto. Aprenderás que no importa adónde llegaste,sino a donde te diriges y, si no lo sabes, que cualquier lugar sirve. Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada sea la situación: siempre existen dos lados. Aprenderás que los héroes son las personas que hicieron lo necesario, enfrentándose a las circunstancias. Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica. Descubrirás que, algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando caigas, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte. Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con lo que has vivido. Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones. Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese, porque le estarás quitando la ilusión. Aprenderás que cuando sientas rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho a ser cruel. Descubrirás que sólo porque alguien no te quiera de la forma que quieres, no significa que no te quiera con todo lo que puede, porque hay personas que nos quieren, pero no saben cómo demostrarlo. No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo. Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado. Aprenderás que no importa en cuantos pedazos pueda romperse tu corazón, el mundo no se detendrá para que lo arregles. Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, cultiva tu propio jardín y decora tu alma en vez de esperar que alguien te mande flores. 
Entonces, y sólo entonces, sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creias que no se podia más. Realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla.


martes, 11 de marzo de 2014

Coldplay

And if you were to ask me
After all that we've been through
Still believe in magic
Oh yes I do
 



martes, 18 de febrero de 2014

¡!

How I wish, how I wish you were here. We’re just two lost souls swimming in a fish bowl,year after year, running over the same old ground.
 

lunes, 10 de febrero de 2014

La ladrona de libros

Quise decirle muchas cosas a la ladrona de libros, sobre la belleza y la crueldad, pero ¿qué podía contarle sobre todo eso que ella no supiera? Quise explicarle que no dejo de sobreestimar e infravalorar a la raza humana, que pocas veces me limito únicamente a valorarla. Quise preguntarle cómo un mismo hecho puede ser espléndido y terrible a la vez, y una misma palabra, dura y sublime. Sin embargo, no abrí la boca. Sólo conseguí hablar para confiarle a Liesel Meminger la única verdad que hago mía. Se lo dije a la ladrona de libros, y ahora te lo digo a ti. Los humanos me acechan.





jueves, 6 de febrero de 2014

domingo, 12 de enero de 2014

Bones

Desentierra sus huesos, pero deja en paz su alma, un chico con el alma rota, un corazón con un agujero enorme. Fantasía retorcida y oscura convertida en realidad, besando a la muerte y perdiendo el aliento. Horas de medianoche, callejones adoquinados, salvajes olvidados. Desentierra sus huesos, pero deja en paz su alma, déjala que encuentre un camino a un lugar mejor, sueños rotos y gritos silenciosos, iglesias vacías con maldiciones desalmadas, encontramos un camino para escapar del día. Desentierra sus huesos, pero deja en paz su alma, perdidos en las páginas de jaulas hechas por uno mismo, la vida se escurre, y los fantasmas vienen a jugar, estos son tiempos duros, estos son tiempos duros para los soñadores, y para los que creen en el amor perdido. Espectáculo desagradable, mis colocones tocan un nuevo fondo marinados en miseria, como una chica de solo 17 años. Locura hecha por el hombre, y el romance de la tristeza, un baile hermoso que ocurrió por casualidad. Desentierra sus huesos, pero deja en paz su alma, déjala, déjala, déjala que encuentre su camino de vuelta a casa. Sueños rotos y gritos silenciosos, iglesias vacías con maldiciones desalmadas. Encontramos, encontramos, encontramos un camino para escapar del día... para escapar del día.