Nadie es de piedra, o, si alguien lo es, yo no lo conozco. A veces las murallas se derrumban a pesar de llevar mucho tiempo edificadas. A veces hay cosas que duelen como puñaladas. Mira toda la multitud que te rodea, mira sus sonrisas. Podríamos jugar a adivinar cuáles son totalmente falsas, podríamos averiguar cuántas personas se esconden bajo máscaras. El dolor se puede tapar, o al menos puede intentarse. También puede superarse, o eso creo. La verdad es que a veces parece asfixiarte, parece un gas que no se puede inhalar. Parecen todos nuestros miedos convertidos en el monstruo de debajo de la cama. Es horrible, es lo peor y todos esos adjetivos que calificamos como malos. Pero dicen que la vida es una tómbola, y podemos decir que el dolor es uno de los "premios" que tocan. También podemos esperar, mientras intentamos ocultarlo con algún que otro antifaz, que después de la tormenta llega la calma. Que lo que no te mata, te hace más fuerte.
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