Hola alguien. Me da igual quién esté leyendo esto, al fin y al cabo lo escribo por mí y no por nadie. Es de noche ya, jope, ¡con lo azul que estaba el cielo esta mañana! No he salido mucho, ando algo enferma, pero estoy viva, desdichado aquel que creía que iba a deshacerse de mí tan fácilmente. Mmm, he faltado alguna de las horas al colegio, diría que ha sido genial levantarme a las once, pero no, me dolía la tripita. No pasa nada, a tope de energía, una no se va a morir por eso, ¿no? He tenido un par de exámenes, nada serio, creo que bien o al menos lo espero. Al llegar a casa me he vuelto a meter en la cama, a las cinco, sí, sí, con pijama y todo, pero aquí un espontáneo me ha despertado de la siesta, aunque la verdad no pasa nada, está perdonado. Después, me he sentido foca toda la tarde, comiendo y toda pancha por ahí tirada. Y ahora ando por aquí, viciada, sin nada que hacer, con los Guns, Red Hot, Nirvana y demás cantándome y yo cantando con ellos. Oh sí, estoy feliz, ¿se me nota? Mañana es viernes, al fin, aunque no sé de que me quejo. Dios, dios, dios, no sé que me pasa, no paro de sonreír, es como vivir la sensación de montarte en tu atracción favorita. Ahora si quieres critícame, alábame, ódiame, quiéreme, pero sí, me encanta estar así. Cuántas veces la gente escribe sobre lo malo que le pasa, ¡pero también una tiene que escribir las cosas buenas! Pues sí, me siento bien, realmente bien. Me siento bien, relajada, cansada pero con ganas, un poco payasa, otro poco niña pequeña. Pero, ¿sabes? Hoy me siento muy yo.
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