Puedes escribir cosas preciosas el amor, sobre lo que sientes hacia otra persona y sobre el dolor que causa un corazón roto. Pero, si quieres mi opinión, escribir sobre el amor es lo más fácil que hay. Por eso es menos la gente que habla sobre el dolor de una pérdida, sobre las guerras, sobre el cáncer, sobre la contaminación o sobre el terrorismo, porque es más difícil expresar la sensación que te causa eso.
Hoy ha sido un día normal, monótono. Sin embargo hoy me he sentido mal, y no ha sido porque me ha rechazado un chico ni porque me ha pasado algo con mi novio. Me he sentido mal porque hoy he sentido el dolor de otra persona. No es la primera vez, en abolsuto, pero no obstante hoy es la primera que de verdad he podido saber lo que en ese momento debería estar experimentando. Dime, ¿cómo te sentirías si de repente te vieras solo ante una multitud que no conoces? ¿Cómo reaccionarías? Imagina que estás en el medio de todos, mientras te gritan, mientras se ríen, mientras se enfadan y te abuchean, te critican y patalean. Imagina que cuestionan lo que sabes por simplemente enseñarlo de forma distinta a los demás. ¿Cómo te sientes? No hace falta que lo digas, ya sé la respuesta, y cualquiera podría adivinarla. Te sientes una puta mierda. No tiene otra definición. Sientes que no vales nada, un fracaso, te sientes humillado. Tienes ganas de salir corriendo y escapar aunque sabes que no puedes. Entonces, cuando llegas a casa, seguro que te quitas la chaqueta y te encierras, y procuras olvidar aunque no das, le dices a tu madre que todo ha ido bien y que mañana es otro día, y no sé si lloras porque llorar es algo demasiado íntimo que depende de la persona. Pues eso he visto hoy. Y no me ha causado la menor satisfacción. Pero lo peor de todo, es que a veces estamos tan encerrados en nosotros mismos que no somos capaces de advertir el dolor de los demás.
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