Supongo que a lo largo de mi vida siempre se me han planteado dos caminos. No es que uno sea bueno y el otro malo, para nada.El primero hasta ahora ha sido el más largo, fue el que tomé de hace dos años a aquí. Fue ahí donde me tropecé contigo y te conocí, donde me hiciste feliz, donde los dos la cagamos. Fue en ese donde me perdí y durante tanto tiempo estuve buscando otra vez la salida. Fue en ese donde después de volver a tomar rumbo volviste a aparecer, y ahí lo de desviarme de nuevo fue cosa mía. Porque no se puede cometer el mismo error dos veces, la segunda vez que lo haces, ya no es un error, sino una opción. El segundo camino, por el contrario, es el que encontré hace cosa de días, semanas, tal vez algún mes. Lo cogí al darme cuenta de que el otro no me llevaba a ninguna parte, o tal vez "ninguna parte" no estuviera a mi alcance. Ahora, en este instante, sigo rumbo a donde no me está permitido saber. No sé si voy bien o mal, no sé si volveré a tropezar y caer. Pero ahora no es momento de preocuparme, ya tendré tiempo de hacerlo. Ahora no. Voy a disfrutar, llevo el viento a mi favor, de momento piso sobre tierra firme. Cada día que pasa descubro algo nuevo, experimento una nueva emoción, encuentro alguna que otra sensación.Y te aseguro, que no te quepa duda de ello, que no hay nada mejor que saborear la felicidad de mil formas diferentes.
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