A pulso y boli bic




lunes, 8 de agosto de 2011

Funambulismo.

[Piiiiiii...piiiiiiii....piiiiii]
+¿Diga?
-Hola pequeña.
+¡Que alegría, no esperaba que llamaras! ¿Qué tal?
-Muy bien, ¿tú?
+Bien también.
-Te echo de menos, necesito verte.
+¿Lo dices enserio?
-Claro, tonta, ¿acaso lo dudas?
+¿Yo? (¿Que si dudo? No, no quiero hacerlo, te juro que no quiero. Pero es imposible, ¿cómo no voy a dudar si estás tan lejos? Tengo miedo. Miedo no a que encuentres a otra a quien llamar, sino a que estés ahí, al otro lado de la línea, riéndote, divirtiéndote. Miedo a ser tu peón en el tablero, tu marioneta nueva. Me asusta pensar que quiero verte y no aparezcas, me acojona llevarme el chasco, me acojona un plantón. Y créeme, intento que toda esta mierda, pam!, se me vaya de la cabeza, pero que no, que está ahí. Que siempre has sido genial conmigo, que me encanta tu sonrisa, y adoro tus abrazos y que me digas tonterías y yo me ría, o también perseguirte por ahí para ganarte en cualquier juego estúpido. Y sin embargo ahora es todo distinto, y me pongo nerviosa si me paro a pensar. Y no puedo confiar en la distancia. Jodida distancia, siempre intentando borrar las sonrisas. No puedo permitirme el lujo de volver a tropezar en la misma caída. Ya me ha costado suficiente levantarme una vez. Lo sabes. Entiende que dude, joder) ¡No, claro que no! ¡Yo también tengo muchas ganas de verte!

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