A pulso y boli bic




jueves, 8 de septiembre de 2011

Los puzzles no se rompen si están incompletos.

Puedes odiarme y repelerme, evitarme, vivir sin quererme. Puede que a mí me duela, que te tuerza la cara, que me desquicie tenerte cerca y desespere si no estás. Puede que eche de menos tu voz. Puede que haya perdido muchas cosas, no obstante, la sonrisa la tengo todo el día asomando en mi cara. Sé que en su día te gustaba y cuando sonreía me besabas y reíamos juntos. Ahora me dedico a enseñársela al mundo por eso que dicen que si los tiempos cambian, uno tiene que cambiar. Y es que, la verdad, por mucho que me faltes, todavía quedan muchos que me hacen sentir una princesa.

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