A pulso y boli bic




lunes, 10 de octubre de 2011

Nuestras lenguas saben a champán, adormiladas, perdidas, borrachas, anestesiadas.

Me gusta que cuando hace frío por la mañana, me abraces por la espalda y metas la mano en el bolsillo de la sudadera. Me gusta que después me piques, me ría y me hagas cosquillas para hacerme rabiar. Me gusta eso de callarnos con un beso, y que ese beso termine y empiece otro más. Me gusta perderme contigo por calles en las que nunca había estado o negarme a subir cuestas interminables y acabar en algún lugar desconocido. Te echo de menos, echo de menos tus labios, y todo lo que va con ellos. Cuento los días para que vuelvas. Ah sí, que me olvidaba, te quiero.

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