A pulso y boli bic




martes, 29 de noviembre de 2011

Morfeo.

Entonces llegó a su habitación y cerró la puerta. Se desabotonó la blusa y dejó que sus vaqueros cayeran al suelo. Cogió una camiseta ancha y subió a su cama, acurrucándose entre las sábanas y abrazándose a su almohada. Fuera hacía mucho frío, podía sentirlo. Sin embargo a ella no le importaba, estaba tan bien... Por un momento dejó la mente en blanco, liberándose de cualquier pensamiento que pudiera aturdirla o perturbar su calma. Notó como sus músculos se relajaban y sus pies entraban en calor. Se sentía bien. Puede que no hubiera un motivo especial o tal vez ese motivo si que existiera. Tal vez tuviera nombre y apellidos, incluso. No obstante, fuera cual fuere la razón de su felicidad, se sentía de maravilla, como si fuera capaz de de tocar las nubes con tan solo estirar la mano. Y así, poco a poco, llegó el sueño; apoderándose de ella lentamente hasta que cayó rendida ante él, con una sonrisa dibujada en su cara, totalmente inocente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario