A pulso y boli bic




martes, 1 de mayo de 2012

Alternativas

Puedes tenerlo todo y de repente no tener absolutamente nada o al revés. La sociedad se acostumbra a acomodarse y confiarse cuando el viento sopla a su favor hasta que un día llega la calma y ¡zas!, todo se desmorona. El mundo es ambicioso, y yo creo que la ambición no es mala. ¿Quién no quiere llegar a lo más alto? Y sin embargo es ese el motivo por el cual muchas veces la cagamos, por querer tocar la cima, por querer tenerlo todo. Todos los extremos son malos, absolutamente todos; hablemos de política, de religión, de codicia, de ambición, de avaricia, hablemos de X. ¿No es más fácil disfrutar, poquito a poco, de los placeres de la vida? Aunque no siempre el aire sople de nuestra parte, podemos aprender a controlar la brisa.

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